El tratamiento del acné es complejo, puesto que se trata de una enfermedad que puede aparecer debido a alteraciones a diferentes niveles:
- Hormonal: En algunos casos de acné, sobre todo en mujeres, las alteraciones hormonales son un factor causal fundamental. Por este motivo, a veces son necesarios tratamientos que modulen el componente hormonal, como pueden ser algunos tipos de anticonceptivos hormonales.
- Inflamatoria: La presencia de factores externos y algunos endógenos inducen la inflamación a nivel del aparato pilosebáceo (que engloba el folículo piloso –que contiene el pelo– y la glándula sebácea asociada a él).
- Celular: Cuando aparece el acné, las células que componen el aparato pilosebáceo presentan una alteración en su crecimiento y recambio.
- Bacteriana: Se ha involucrado a la bacteria Propionibacterium acnes como agente causal de inflamación del aparato pilosebáceo.
- Nutricional: Se ha demostrado que dietas ricas en azúcares simples y el consumo excesivo de lácteos pueden favorecer la inflamación y empeorar el acné.
- Emocional: Aunque no sean su causa directa, el estrés y algunas emociones pueden agravar el acné.
Pero no todos los cuadros de acné son iguales, ni todos los cuadros que cursan con ‘granos’ son acné.
Por este y muchos otros motivos, es fundamental contar con la valoración diagnóstica de un médico especialista en Dermatología, que pueda individualizar el tratamiento a cada situación y necesidad.