El acné se puede clasificar de diversas maneras:
Según su gravedad en:
- Leve.
- Moderado.
- Grave.
Según el tipo de lesiones que presenta, en:
- Comedoniano.
- Pápulo-pustuloso leve-moderado.
- Pápulo-pustuloso grave o nodular moderado.
- Nodular grave / conglobata.
Y según la edad de la persona a la que afecta, en:
- Juvenil.
- Del adulto.
La clasificación del acné se ha mostrado relevante para definir el tratamiento por parte de grupos internacionales.
En cualquier caso, y tal y como hemos explicado en entradas anteriores de este blog, es aconsejable la evaluación por parte de un especialista en Dermatología Médico-Quirúrgica a la hora de:
- Definir el diagnóstico (hay cuadros que, pareciendo acné, pueden tener otro diagnóstico, como el de rosácea o erupción acneiforme por fármacos u otras sustancias).
- Conocer las alteraciones asociadas (cicatrices, hiperpigmentaciones...) y tratarlas de manera adecuada.
- Finalmente, lograr lo más relevante: personalizar el tratamiento en base a los factores (no solo clínicos, sino también personales, emocionales y de otra índole) que definen cada situación.
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